martes, 26 de enero de 2016

Maria Belen Montoro | La casa Wentworth | Reseña

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Reseña y opinión sobre:

María Belén Montoro: La casa Wentworth


Novela de los géneros Terror, Sobrenatural y Suspense. Con final auto conclusivo y sin ser parte de ninguna serie.


María Belén Montoro Cabello es una autora novel, la cual, como suele ocurrir en estos casos, ha sufrido la agradable enfermedad de la lectura desde pequeña. Siempre ha querido escribir, pero considera que no lo ha sabido hasta que empezó a plasmar sus historias en papel. Influenciada por famosos autores de Terror y Suspense, ganó en 2014 su primer premio en un certamen internacional de relatos. Después de eso ha escrito en varias revistas más, digitales y en papel. Su primera relación con el mundo editorial fue la inclusión de un relato suyo en una antología de Ciencia Ficción. Después ha llegado su primera novela, publicada por Tempus Fugit, ésta que se reseña aquí.



“—¿Dónde estás viviendo, Alejandra? — interrumpió Ann mientras preparaba la mesa de operaciones.
 —En Wentworth Lodge.
Las sonrisas y el clima cordial desaparecieron en el mismo instante en el que la chica pronunció aquellas palabras. Aquel silencio fue seguido de más silencio y de caras que se miraban las unas a las otras como tratando de contrastar alguna extraña verdad que solo ellos conocían.
—¿Vienes sola, cariño? — dijo Ann, la cual había abandonado su actividad para mirar a Alejandra directamente a los ojos.
—No, vivo con mi novio—. Todas las miradas se posaban en ella, sus rostros parecían expresar una mezcla de lástima y asombro.
  —Deberías mudarte— concluyó el doctor Anwar.”

Alejandra y Héctor trabajan en un hospital de la ciudad de Wakefield en Inglaterra. Han llegado hace pocas semanas, hartos del paro y las precarias condiciones de trabajo que empeoran cada día más en España. Las clínicas españolas ni siquiera aceptan los currículos, pero los hospitales ingleses contratan enfermeros españoles a muy buen ritmo. Así que han tenido que mudarse a un país distinto, con costumbres distintas y con el recibimiento de un cielo permanentemente nublado, oscuro y lluvioso.

Pero al llegar han tenido lo que parece ser un golpe de suerte. Un espacioso apartamento dentro de la mansión Wenworth, dividida en trozos para multiplicar beneficios en los alquileres. Sin embargo, a pesar del precio, ellos son los únicos habitantes del caserón. De hecho, son casi los únicos habitantes del vecindario a excepción de una vieja iglesia católica que no recibe prácticamente ninguna visita. Es más, al comentar Alejandra donde vive a sus compañeros de trabajo sólo recibe miradas sorprendidas y un silencio incomodo, seguido de la recomendación de mudarse.

A pesar de todo, Alejandra y su novio Héctor, el cual siempre ve el lado bueno de las cosas, continúan haciendo de esa sección de la mansión lo más parecido a un hogar.
Hasta que una noche cualquiera Alejandra tiene lo que parece ser una pesadilla demasiado real. Cuando se despierta encuentra la puerta trasera del caserón abierta, justo por donde las sombras de su sueño habían entrado en su habitación.

“Había abandonado aquel torrente de oscuridad donde se había mantenido flotando por unos instantes. La presión en el pecho continuaba ahogándola, sentía que le faltaba el aire para respirar. Una de aquellas sombras cuyos ojos habían invadido la oscura cueva que conformaba su habitación se acercó a menos de un palmo de distancia. Sintió su tormento como si fuera propio, un profundo odio que contaminaba todo a su paso, impregnaba el aire y se mantenía como una nube de tormenta que amenazaba con descargar.
             «Aún seguimos aquí.» “

Cómo suele suceder en estos casos al día siguiente todo parece muy distinto, pero Alejandra sigue teniendo una mala sensación, aumentada por los lúgubres y solitarios alrededores del edificio. Así que llama a su amiga Rebeca, otra española emigrada que vive no muy lejos y la invita para que ella y su novio Shawn los visiten y pasen la noche con ellos. Una cena de parejas normal y corriente…

Llega la hora de la cena y las dos parejas se encuentran, para sorpresa de Héctor, al que Alejandra quería dar una sorpresa con la visita ya que últimamente está algo desmejorado y le han aparecido unas ojeras permanentes. La cena transcurre alegremente, se hacen fotos, charlan y echan partidas a juegos de mesa. Uno de ellos descubre un zorro que los mira desde la azotea, fijamente, sin moverse. Casi al mismo tiempo el ruido de la cadena de la puerta deslizándose los asusta. Por la noche los cuatro están un poco intranquilos. Al día siguiente Rebeca admite que hay algo raro en la casa pero le aconseja no investigarlo y no obsesionarse. Puede que todo haya sido consecuencia de un mal sueño y cuando se olvide las cosas volverán a la normalidad.

Rebeca tiene razón, lo del principio sólo ha sido un mal sueño… Ahora empieza la pesadilla.

La casa Wenworth” ha sido uno de esos muy agradables descubrimientos de autores noveles que empiezan su primer libro teniendo muy claro lo que van a escribir y haciéndolo bien. Una novela para la que la autora se ha documentado en profundidad, incluyendo visitas a archivos históricos de la zona, ya que los hechos que dan lugar a la historia son totalmente reales.

La narración transcurre en una ciudad del norte de Inglaterra, Wakefield. Lugar donde han ido a parar los protagonistas, los cuales trabajan en el mismo hospital. Una ciudad con bonitos paisajes, pero a la vez con lugares abandonados, mansiones de estilo victoriano y otros edificios más antiguos cuyos muros casi han sido devorados por la hiedra y tomados como guarida por animales de campo. Los protagonistas viven en un barrio casi vacío, en el que, al caer la noche, los pocos nativos del lugar ya no se fían de lo que ven ni de lo que se pueda oír fuera de sus hogares.

“Expulsó todo el aire que tenía retenido en los pulmones y sin mirar al umbral que separaba el pasillo del comedor, dio la espalda a lo que fuera que hubiese allí. La puerta de atrás no estaba abierta, ella había estado allí hace tan solo unos minutos; lo que sea que se encontrase allí, no había hecho uso de ella para acceder al domicilio…
El descansillo estaba desierto, corrió fijando la vista en el suelo y bajó las escaleras tan rápido como pudo, sintiendo la mirada de seres que no se empeñó en contemplar.”

Una ambientación bastante oscura rodea la novela. Un cielo casi siempre cubierto de nubes que no dejan pasar un solo rayo de sol, las cuales cuando no sueltan lluvia están amenazando con hacerlo. Todo acompañado por un omnipresente frío que no cesa al entrar en la mansión, la cual aunque esté reformada conserva la lóbrega atmósfera de tiempos más antiguos y otras cosas más desagradables adquiridas a lo largo de las décadas.

Alejandra y Hector son dos personas que al principio lo han pasado mal al tener que alejarse de su tierra natal. Mientras llenan su apartamento en la mansión para convertirlo en un sitio hogareño y se adaptan a su trabajo van recuperando la ilusión. Héctor, además es muy optimista, aunque la planta en la que trabaja parece que le va quitando la vitalidad.
Los dos personajes principales pasan por diversos estados en los que cada uno describe su punto de vista cuando el otro se encuentra peor. Aunque al principio, la narración parece que depende de Alejandra, llega un momento en el que su estado hace que sea Victor el protagonista de la narración para luego volver a intercambiarse.

Un libro muy apetecible para los aficionados a la lectura de Terror y Misterio o simplemente para cualquiera que quiera pasar un buen rato con una muy estupenda historia fabricada con una narrativa muy fluida y amena que entretiene desde el principio hasta el final.

Para leer sus 151 páginas es recomendable hacerlo en un lugar con la luz baja y poniéndose cómodo, disfrutando mientras va pasando la lectura, sin hacer caso de esa sombra que parece que se ha movido por el rabillo del ojo ni de esos ruidos extraños que algunas veces se oyen en las casas cuando están en silencio, son cosas que no deberían asustarnos…normalmente.



6 comentarios:

  1. Lo paso fatal con el terror jeje.
    Me ha encantado la portada.

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    1. Deberías probar con distintos tipos de terror, igual alguno te encanta. Yo me lo paso de bieeen :)

      Gracias por comentar

      Un saludo.

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  2. Jajaja me hizo gracia lo de leerlo con luz tenue. Mejor irse a la casa desvencijada más cercana jaja. Al margen, la novela refleja una realidad triste de nuestro país. A tenerse en cuenta.
    Un abrazo

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    1. Sí, quería incidir en ese y otro tema pero entonces se me disparaba un poco el tamaño de la reseña. Las casas desvencijadas no sé si tendrán fantasmas y otras cosas dentro pero lo que sí que hay son bichos y ya sabes, se rompe la atmosfera de misterio si sales gritando porque te ha caido una araña en la cabeza :)

      Otro abrazo.

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  3. Muchas gracias por esta brillante reseña Libro Lector ;) Un abrazo.

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    1. Gracias a ti por escribirlo, leerlo ha sido un placer.

      Otro abrazo :)

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